Todos soñamos siempre con un final feliz. Un final donde las palabras sobren, donde las miradas hablen. No todos podemos aprovecharlo, o más bien, no todos podemos tenerlo. Tienen suerte aquellos que, sin querer, consiguen todo lo que se proponen en un segundo. En cambio otros necesitan su empujón para conseguirlo. Y ese alguien, soy yo. Yo no voy por el camino más fácil, no, porque sé, que sí hago eso, acabará todo en un segundo. Y eso no es lo que yo quiero, yo quiero ser feliz, ser feliz toda la vida.
Y sí, recuerdo esos momentos que he vivido, desde los más malos, hasta los mejores. Y recuerdo muchas de las cosas, que no quisiera recordar. Recuerdo que, cuando estaba contigo, lloré. Lo recuerdo perfecta mente, desde la primera mirada, hasta la última lágrima. Y algo he aprendido con eso, algo no, he aprendido mucho con eso. Y es que, sí no lo intentas, nunca serás feliz. Y este final feliz que todos queremos, yo, no lo tuve.
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