viernes, 19 de julio de 2013

sonrie sin razon y sin motivos para hacerlo solo sonrie

¿Sabes? Yo antes dibujaba sonrisas para que nunca se me olvidara sonreír,

pero un día agoté todas mis reservas. No me quedó otra que improvisar y fabricar nuevas sonrisas, hasta que llegó un momento en el que no me hacía falta practicar más, ya sonreía por inercia. Y así, ¿sabes qué?, aprendí que, si miras el mundo desde otro ángulo, la vida parece brillar con mucha más fuerza. Y que, cuando regalas a todas las personas esas pequeñas sonrisas improvisadas, siempre te responden de la misma manera. Entonces, al final descubrí que no importa tanto el motivo por el cual sonreímos, si no el querer hacerlo. Algo tan sencillo como una sonrisa puede marcar un antes y un después. Sonríe sin motivo, en cualquier momento, y, por favor, nunca agotes tus ganas de proyectar al mundo las mejores de tus sonrisas.

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