El miedo es como la familia: todo el mundo tiene una. Pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como el de ver un insecto a tu alrededor o miedo a quedarte atrapado en un ascensor, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás.. miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser.
Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que le pasa a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido. Como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca.
Y hoy he escuchado a un hombre en la tele, un hombre encantador que decía que la felicidad es la ausencia del miedo. Y entonces me he dado cuenta de que últimamente.. yo ya no tengo miedo.
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