sábado, 4 de junio de 2011

Solo hace falta tiempo para tener ese final feliz

A las chicas nos enseñan muchas cosas desde pequeñas: si un chico te incordia es que le gustas y nunca te cortes el flequillo, así algún día conocerás un hombre maravilloso y tendrás tu propio final feliz. Cada película que vemos, cada historia que nos cuenten, nos pide que creamos en ellas, pero a veces estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz, que nos olvidamos de leer las señales, las que diferencian a los que nos quieren de los que no, a los que se quedarán de los que se irán. Y es posible que ese final feliz no incluya al hombre ideal. Puede que seas tú, recomponiéndote y volviendo a empezar, liberándote para algo mejor que puede haber en tu futuro. Puede que el final feliz sea simplemente, pasar página. O puede que el final feliz sea este: saber que a pesar de todas las llamadas no devueltas, de todos los desengaños, las meteduras de patas y las señales malinterpretadas… a pesar de todo el dolor y el bochorno, nunca perdiste las esperanzas

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